martes, 21 de septiembre de 2010

Fragmentos

Me asechan y saltan a mi presente, recuerdos... muchos de ellos ínfimos y rutinarios, como el día en que aprendí a agarrar una escoba, o el primer día en que se me metió en las narices el olor a moho, de una de esas piezas en que luego viví, o el día en que pase una tarde entera jugando con las hojas secas de los álamos del pasaje, o el frío día en que veía caer gotas de agua sobre mi cama y el rostro de Alf, arrugado de humedad, me miraba desde una improvisad pared, o esa tarde que me tome el mate más largo de mi vida junto al río, porque me reconocía feliz con tan poco... de eso parece estar compuesta parte de la vida, de pequeños fragmentos del pasado que a veces resucitan como si se estuviera viviendo nuevamente, se van acoplando al presente, como si supieran que el tiempo es una escueta idea de nuestras ínfimas cabezas.

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