viernes, 24 de septiembre de 2010

Armando el perpetuo


Cuando lo conocí ya le faltaban varios dientes, tenía una piel oscura y más arrugas juntas de las que podía imaginar, sin embargo, mi madre me decía que era más joven de lo que parecía, que había llegado junto a su familia a la población y se instalaron al lado río Zanjón de la Aguada. Un día cualquiera se fue la familia, todos hasta el perro, pero no se llevaron al Armando, lo dejaron abandonado, era un niño todavía. Cuando yo lo conocí ya era grande, pero me parecía un niño, un niño más niño que yo. Crecí viéndolo pasar por la población junto a su carretón, cuando las calles de los pasajes aun eran de tierra, cuando estaba la quinta, cuando las mariposas, las chinitas y los pololos aun revoloteaban por todos lados, cuando el río parecía que llevaba agua. Él era como parte del paisaje, llevaba una risa perpetua en su rostro, una camisa perpetua también, hasta sus profundos ojos eran de perpetua inocencia. Para mí fue el primer hip hopero que conocía, porque tenía la gorra con la visera para atrás y los pantalones a media asta. Pocas veces le pude entender su idioma rústico de base gutural y mímica, pero si embargo, por arte de magia, toda la población le entendía o parecía que le entendían. Desde lejos era como un minotauro, porque nunca se lo veía sin su carretón, parecía que había nacido con él. Llevaba siempre un montón de cartones y otras rarezas, sobre su otra mitad hecha de palos, clavos y un par de ruedas, que luego vendía por unas monedas. Lo cierto es que él nunca supo el valor del dinero, tal vez el dinero era sólo un pretexto para él, su dialogo y conexión con los demás. Ahora lo veo como un héroe, no mendigaba, no tenía casi nada material, pero disparaba si parar su sonrisa al que lo mirara, aun a sus perros, que lo seguían como hilachas desprendidas de su curtida piel.

Hace poco supe que le robaron su carretón, unos malditos le desprendieron su compañero de caminos, porque así se comporta la raza humana en ocasiones, siempre buscará un nivel más bajo, para poner a los que están más bajo. Ahora no he sabido más de él, pero me lo imagino con las dos manos por delante, caminando por las calles ahora pavimentadas, por la quinta ahora llena de edificios, por el aire ya sin insectos, junto al río que no lleva más que porquerías y con su ahora más perpetua vestimenta, disparando con más fuerza su perpetua risa.

6 comentarios:

  1. esto me gustó... soy una infiltrada en este lugar, al que nadie me a mandado llamar. Con mi palabra escueta y sencilla agradezco vuestra historia...

    ResponderEliminar
  2. Hola infiltrada, gracias por tus palabras escuetas y sencillas, porque en general ese es el medio de la sinceridad.

    ResponderEliminar
  3. muy linda historia , yo me acuerdo de el cuando se bañaba en el paradero de la micro con un tarro con agua y un frio tremendo , desde chico que me acuerdo de el y la verdad que nunca tuve cariño por el pero jamaz le hice daño alguno ,el armando y su carreton ganandose la vida ayudando a las viejitas desde la feria del pinar a nuestra vima., son tantas historias que es muy largo de escribir.

    ResponderEliminar
  4. Holaa
    Hermoso lo que escribiste deberias públicarlo en la pagina al principio.
    Felicidades y gracias por tu aporte.

    ResponderEliminar
  5. ADemás era muy común verlo en las fiestas de fin de año muy arreglado, hasta con corbata incluso y era recibido en muchas casas, la mia incluida en que se le invitaba a comer, se le regalaba ropa, etc. Un hombre niño que nos vió crecer a muchos y envejeció con nosotros, muchos de los hace ya mucho tiempo no vivimos en la Vima. Pero Armando tiene sin duda algo especial para todos. Me recuerdo de muchas historias acerca de él. Armando es distinto a muchos de nosotros o de los que hoy viven allá y por eso como muchos de mis amigos de infancia con los que crecí no puedo dejar de aelgrarme de que ustedes lo sigan cuidando. Cuando voy por allá trato de verlo aunque no siempre lo consigo.

    ResponderEliminar
  6. Armando es bañado ahora por don Adrian, susana y margarita le están llevando al médico, ahora Armando esta durmiendo en su casita pero se le debe demostrar que no hay nadie, mostrarle su pieza para que no tenga miedo de encontrarse con quien le pego.
    Mucha gente amorosa lo esta cuidando , todos cooperan lo importante es que con Roberto (Q.E.P.D) falta poco para cumplir lo que acordamos "Darle su identidad a Armando".
    Gracias a Roberto que en forma particular, dejando su cargo de Presidente de la Junta de Vecinos, fue mi compañero a brazo torcido en esta causa judicial, ahora la sigo sola pero todo el camino tuve a un hombre que dio parte de si por Armando y algo que nunca me voy a olvidar, es que siempre decía "para mi Armando es como un hijo más" y me mostraba la foto de su amada Giovanna "Ella es también su mamá". Gracias Roberto por haber estado conmigo en los tribunales, en la Fiscalia.
    Que Dios lo guarde y ojalá existan más Robertos en el mundo ayudando a estas personas.
    Atentamente,

    Rebeca Bravp

    ResponderEliminar